Bueno, quería hacer esta grabación así un poco, sin planificar, porque estaba haciendo un ejercicio esta mañana y me di cuenta que llegué a una realización muy importante sobre mi profesión musical. Yo llevo más o menos una semana, semana y media que retomé un cuaderno sobre el amor propio. Yo lo había hecho hace como un año, pero nunca lo terminé, y decidí este año que lo quería comenzar a hacer otra vez porque habla sobre el amor propio y la auto compasión, y son ejercicios diarios para mejorar esa relación con uno mismo. Y pues me di cuenta, para mi sorpresa, que sí he mejorado muchísimo, pero, la auto compasión todavía es algo que me cuesta mucho, mucho, mucho. Y por eso dije: "tengo que volverlo a hacer, y terminarlo, y volverlo a hacer cuando termine, y volverlo a hacer". Porque es un ejercicio que lamentablemente es continuo, porque son muchos años de lucha contra mí misma. Y ahora tengo que acompañarme a mí misma. Entonces, uno de los ejercicios de hoy era decirte cosas que tú te dices usando voces diferentes, ¿no? Te propone que agarras una aplicación y te cambias la voz, pero también lo puedes hacer en persona y es jugar con tu voz. Entonces, lo empecé a hacer y da la casualidad que esta mañana encontré un videoclip de un concierto que yo toqué de solista en septiembre en la computadora de mi esposo. Y yo, cuando toqué ese concierto ni lo quise grabar. Sé que en el fondo era porque no quería estar verdad, escuchando eso después y sufriendo. Me dije a mí misma en ese momento que no lo grabé porque no quería estar además con todo el corre y corre de poner la cámara etcétera, etcétera... que era real, pero yo creo que más allá de eso era no querer enfrentarme a eso. Como decir, mira, me costó muchísimo hacer esto y no quiero volverlo a ver y sufrir. Tocar de solista fue algo que yo no hice mucho. Siempre que habían competencias de conciertos, yo las evitaba. Decía: "no, no estoy lista, ¿para qué?" Y bueno, el año pasado dije "no, ya me voy a enfrentar a esto." El director de la orquesta me dijo "Paula, ya", y con el miedo que tenía, le dije "sí." Porque si, si no lo hacía, no lo iba a hacer. Y dije "voy a tocar el Haydn en Do." Entonces, tuve unos cuantos meses de preparación y terminé tocando el concierto. Por una parte, me sentí muy orgullosa de mí misma porque hice algo que no había hecho nunca, y que yo conozco a tantos compañeros que han hecho tantas competencias y yo jamás me atreví a hacerlo, así que... siempre los consideré muy valientes y yo me consideré siempre poco preparada. Y pues en este caso dije es que, "pues nunca voy a saber cómo es, si no me lanzó a hacerlo, ¿no?" Entonces lo hice y recuerdo salir y esa noche no poder dormir. Porque ...yo tenía estas expectativas enormes de que había trabajado tanto mentalmente para ello, meditando así consistentemente, trabajando, tocando para quien pudiese escucharme. Y no solo la parte técnica, verdad, pero era como para mí, siempre ha sido un poco más de el desafío de mi mente. De decir: "Paula, tú puedes etcétera. De no importa si como te errores". Es algo con lo que sufro constantemente. Y cuando terminó el concierto, medio celebré. Pero después no pude dormir porque empecé a recordar todo lo que toqué. Era repasando el concierto de arriba abajo en mi cabeza, sin poder dormir y llorando porque dije "lo lograste, y aun así te estás echando al piso tú misma y, o sea, en vez de celebrar el miedo que te acompañó, que enfrentaste, estás abrazando el sufrimiento. Abrazando que no te salió como tú esperabas". Y sobre todo, a mí lo que me frustró fue la expectativa de que, como me había preparado, decía pues "me va a ir súper bien porque ahora sí me preparé mentalmente". Y no me fue mal, y la realidad es que mi encuentro con esa voz negativa fue un poco más llevadero durante el concierto. Pero, sí viví mucho de estar tocando y decir "se te va a olvidar, se te va a olvidar." Y, y no, no se me olvidó, no me iba a pasar, pero esa voz estaba dentro de mí. Y en fin, recuento esta experiencia porque fue una muy importante para mí, y hoy que vi el clip, hubo un momento en el que dije "wow, eso me salió bien". Y de repente empiezo a verlo otra vez y ahí empiezo otra vez la voz criticona de: "Ay, eso está desafinado". "Ay Paula, te ves bien tensa". "Ay tu mano izquierda". "Ay, tu mano derecha". "Ay tu cuello". Entonces, empezó a pasar todo eso y haciendo el ejercicio, ¿verdad? (Retomando esto), me di cuenta que... que es lo de las expectativas otra vez. Porque empecé a decir las cosas en voces graciosas como: "ay, mira ese cuello ". "Ay, mira su cuello." "Ay, por Dios, ella tiene doctorado". "Ajá, ¿qué se cree?" Y bueno, jugando así me di cuenta que en realidad, que... que en realidad no necesito hacerme eso. Y esto es un momento de lucidez porque probablemente lo vuelva a hacer. Pero, haciendo eso me dio mucha risa y empecé a considerar ¿por qué yo doy clases? ¿Porque soy músico, verdad? Y y creo que... que muchas veces yo me he limitado por tener expectativas de "wow, tengo un doctorado. Se supone que entonces yo sepa todo". "Se supone que tengo un nivel avanzado en el que yo puedo hacer cualquier cosa, etcétera. ¿No?" Y nunca me lo he creído, es la realidad. Y es porque realmente son años de estudio, pero no significa que yo sepa todo. Y yo creo que ningún doctor va a saber todo, ni ningún cellista va a saber todo. Y yo creo que la diferencia es en como uno lo ve, y me puse a pensar, y yo dije: "¿porque yo soy maestra?, no es porque yo sepa todo." Es cambiar el chip de decir "tengo que saber todo por mis alumnos." No. Como no sé todo, lo poco que sé, lo quiero compartir. Y eso es lo que me hace ser maestra. Es ese amor por compartir lo que me ha costado a mí entender, y lo que también otros profesores me han inculcado a mí, ¿verdad? O cosas que he observado. Yo reconozco que soy una persona muy observadora y que tengo en mi cabeza, aunque no siempre lo pueda expresar en mi instrumento, tengo un idea de lo que quiero que suene. Y yo, todos los días que estudio estoy buscando cómo hacer para acercarme a eso que yo tengo en mi cabeza. Y lamentablemente es un proceso largo. No es un proceso de "ah, ya lo pensé, me va a salir." No. Y por eso yo enseño, porque al final son herramientas, y yo lo que quiero es darle a mis alumnos las herramientas que me dieron a mí o las que he descubierto por mi cuenta. Y la educación es eso, ¿no? Cuando estudiamos grados, eh, avanzados hay una, una presión muy, muy grande. Porque entonces creemos para nosotros mismos y que otras personas creen que tenemos que... que hacer cosas a cierto nivel, de cierta manera, y cuando no las cumplimos es horrible, y bueno, voy a hablar por mí misma. Cuando yo no cumple esas expectativas, yo me siento muy, muy mal. Siento que estoy defraudando lo que hice, lo que se supone que soy, lo que esperan de mí y al final... nada de eso importa en realidad. Porque no quita el amor que yo tengo por lo que hago. Y cuando yo me siento a estudiar y logro descifrar algo, para mí es increíble. Y hago 1000 juegos para mí, y yo soy muy firme con mis alumnos de decirle "lo que yo te diga no es 100 porciento, o sea, yo te estoy dando una guía, pero al final, esa es mi opinión o es lo que te puedo proveer ahora. Y quiero que tú, en tus estudios, busques formas porque yo no quiero que tú pienses que yo voy a estar ahí siempre". Yo creo que que eso me tomo mucho tiempo a mí después de estudiar tantos años, encontrar no es mi propia voz. Eso estaba ahí siempre. Es escuchar mi propia voz. Es escuchar esa voz que me enseña a mí, que me dice "Paula, tú vas aprender mejor si tú buscas hacerlo de esta forma. Si tú juegas, si tú experimentas y no necesariamente solo con unas ideas rígidas o plasmadas de otras personas en mi vida."
Y bueno, divago un poco porque realmente es un tema que me apasiona muchísimo. Pero, yo quería decir esa parte por mis alumnos, y porque yo creo que con mi maestro en Estados Unidos, particularmente con Doctor Ruck... Él siempre me dijo "yo no te enseño estas cosas pensando en que todo te va a salir ahora. Yo te las estoy diciendo para la Paula de 10 años después, etcétera, 20 años después". Y yo me di cuenta que yo tuve mucho miedo al salir de estudiar porque no sabía qué hacer. No confiaba en mí. No confiaba en nada de lo que me dieron. Ahora que ya no tenía la crítica o las observaciones de otra persona sobre mi desempeño, pues no, no sabía cómo validar lo que yo estaba haciendo. Entonces me tocó muy duro y aún así, después de graduarme, estuve en contacto con mi maestro, enviándole videos etc, porque no confiaba en lo que yo podía crear. Y eso ha mejorado mucho. Ahora me siento mucho más independiente en eso. Enseñar me ha ayudado. Me ha ayudado entender que no voy a tocar toda la música del mundo, que no puedo tocar todo el repertorio pero que eso no significa que no pueda tener una opinión sobre ello, o que no pueda acercarme a él, aunque sea a mi manera. Y no significa que no pueda escucharlo de otra persona y dar una opinión, por ejemplo, o tener mi propia percepción sobre esa obra.
Esto es algo que también me pasó siendo principal de la orquesta, porque yo tampoco pensé jamás que yo me merecía ese...ese título. Y tenía una presión enorme de decir: "okey, tengo doctorado. Estoy aquí como principal en una orquesta. Se supone que no tenga miedo. Se supone que yo pueda poner todo los arcos. Se supone que yo pueda tocar todo lo que me pongan. Y se supone que pueda liderar". Y muchas veces no pude. No pude ni liderar, no pude tocar todo, no pude tocar sin miedo. Y... y eso era muy frustrante para mí. Tenía compañeros de un nivel muy alto y para mí era también esa presión de decir: "tú tienes este título, pero, no estás comportándote como que lo tienes, ¿no? Y me tomó tiempo... comenzar a sentirme cómoda, y yo creo que cuando me comencé a sentir más cómoda, ya me estaba yendo del trabajo. Pero ahora, cuando miro para atrás, me doy cuenta que yo creo que yo era más dura conmigo misma que...que mis jefes. Mis jefes veían mi potencial me apoyaron a hacer cosas nuevas, y me ponían solos, etcétera, aunque yo estuviese cagada del miedo es la realidad. Y me apoyaron, pero... yo creo que esa parte del liderazgo, si lo veo... pues sí, sí lo tenía porque viene del mismo amor a enseñar. Mi orquesta tenía diversos niveles dentro de la sección. Pero aunque otros compañeros tuviesen un nivel como chelista muy alto, lo que yo sí percibo ahora, es que yo tenía un nivel de amor por lo que hago, por enseñar y por mejorar constantemente, que me conectaba a ese puesto de una manera correcta, por decirlo así. Porque yo confiaba en que si yo ayudaba a los que tenían alguna deficiencia, por ejemplo, pues podíamos todos llegar a un mismo nivel. Finalmente, en la orquesta lo que estamos buscando es que la sección suene como una. Y yo lo que decía: "si estas personas no tienen las herramientas, yo le voy a dar las herramientas, y a la vez, déjame ver cómo mantengo a estas otras personas un poco activas". Siempre que tenía que dar un taller, etcétera, un parcial le decíamos, para mí era constantemente pensar cómo hacer para que fuese más interactivo, cómo hacer para que no fuese tan tedioso. Y no siempre lo logré, pero el hecho de que yo tuviese esa motivación interna de crecer, de motivar a otras personas, pues sí, me me da una val.... "¡Ay, perdón!" Le pegué al micrófono. Le da una validez a... a lo que yo hice y al puesto que tuve. Y todo viene a raíz del amor que tengo por enseñar. Por crecer. Porque para mí, eso es lo mejor que podemos hacer diariamente. Buscar cómo ser mejores humanos, pero crecer en todo los ámbitos. No solo voy a crecer siendo ah... haciendo más escalas o siendo mejor cellista, sino, personalmente ¿cómo puedo hacer para que pueda tener mejores relaciones eh, alrededor y sobre todo conmigo misma? que fue como empezó todo esto hoy- con el...con el workbook que estoy haciendo. Entonces nada quería pasar por aquí y dejar esto por si alguna otra persona se ha enfrentado con, con estos momentos de sentirse como un impostor en lo que estás haciendo, y de sentir que no estás jamás preparado para lo que estás haciendo. Pero al final, nadie empieza preparado, y yo creo que la preparación está siempre en buscar conectar con los demás y ayudar a los demás. No necesariamente en que puedas tocar todo, en que puedas tocar todo perfecto, etcétera. Yo creo que... que va un poco más allá de eso, y ahora espero tener este mensaje para mí guardadito también para cuando me sienta otra vez porque pasará. Cuando me caiga otra vez, poder conectar conmigo misma, y esta idea de... de soltar las expectativas un poco y conectar más con por qué hacemos lo que estamos haciendo cuando lo estamos haciendo. Y nada, bueno, eso quería compartirlo hoy, así que gracias por escuchar otro episodio de My Fermata, que es un espacio donde yo hablo un poco sobre mis experiencias en mi carrera profesional. Así que hasta el próximo episodio y gracias por escuchar.
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